UN FRAGMENTO DE MI DESTINO.

Hoy te vi, al menos eso creo, no sé realmente si tu rostro fue el fragmento que despertó mi memoria, el eco que llegó como campanada y que trajo el olor de tus facciones, no lo sé pero no tiene importancia, a quién le importa realmente hasta donde sea verdad que te haya visto, lo que importa es que estás, llegaste nuevamente para despertarme de ese letargo, para descubrir cual es el símbolo que necesito en mi próxima resurrección.

Yo sé que mucha gente se estará preguntando quién eres y yo me rio a carcajadas y no es por burlarme o evadir las respuestas, es que realmente no sé quién eres, no sé cómo te llamas, que edad tienes, solo conozco la desnudez de tu cuerpo, tus escasas palabras y tus caricias, las mismas que lograste repartir por todo mi cuerpo, segundo a segundo, durante el transcurso de aquella madrugada.

Hace algunos años conversaba con una amiga sobre ti, le describí tu historia una y otra vez, no creo que exista alguien en este mundo que te conozca mejor que ella. Después de la primera historia siempre me sugería algún pensamiento o intentaba convencerme de cual había sido tu decisión para no regresar jamás a mis brazos, para que no te encontrara ni supiera más de ti en todos estos años. No sé pero siempre tuve la sospecha que el tema sobre ti era la excusa que teníamos mi amiga y yo para terminar enredados en la desvencijada cama personal de mi minúsculo apartamento, aquella cueva de osos como cariñosamente la conocían casi todos los que compartieron mi vida por aquellos años en la Habana.

Quizás el no tener ningún recuerdo sobre ti, más que aquella noche donde me encontraste sentado en muro del malecón, dándole la espalda a la ciudad y con aquel poema a la mitad como cómplice del destino. Lo curioso era la forma en que comenzaba el poema: “…Llegará la mujer hermosa, buscará tu abrazo desde su rostro, una lágrima llevará el sabor de tu cuerpo, tomarás sus manos y terminarás el poema que jamás será publicado, el poema prohibido, el mismo que se desnuda en el aliento del tiempo…”

Nunca quise averiguar si fue la casualidad o el destino, hay veces que vivimos esos pequeños destellos de futuro, el presente repetido que nos asombra, la duda y la reiteración de dos palabras en un saludo detrás de un abrazo. Así despertamos de ese letargo, así se escribe la historia sin necesidad de utilizar más que el pensamiento y eso es lo más importante, lo que realmente hace que te recuerde, que aunque nunca formaste parte de mi vida o mis deseos estés ahí, justo en mi recuerdo, como ese paisaje lejano que solo hemos admirado una vez y que cualquier paisaje, aunque sea diferente, nos trae el recuerdo de ese instante, de ese paisaje tan misterioso que se apoderó de un fragmento de nuestra memoria y que regresa y se va, como el misterio recurrente, el tristemente célebre iceberg que golpeó al Titanic y que habita en el medio del océano, alejado por la culpa y su mal adquirido pasado, nunca ha podido escapar, no se derrite tanta mala suerte de un golpe.

No es el sexo, aunque recuerdo que fue uno de mis mejores momentos, sino tu olor, la silueta de tu cuerpo, el deseo de escribir el final del poema, de conocer personalmente adonde irían tus trenzas deshechas, quería ver como era el pequeño tatuaje que se ocultaba en tu espalda y al preguntarte te abrazaste a mi con esa sensación de complicidad que jamás he podido volver a ver en otra persona, fueron tus caricias, el misterio que jamás quisiste develar acerca de ti y despertar en la mañana y encontrarme tu beso en una hoja de papel, no sé tal vez fueron pequeñas cosas que sumadas me traían de vuelta tu rostro.

Estoy dando la vuelta aunque estoy seguro que no eres tú la que acabo de ver. Estoy a mil millas de donde te vi la última vez y aun no he podido concluir el poema, no sé como regresarás o si tendré que inventarte, pero necesitaré de ti algún día para terminar este poema inconcluso, no puedo dejarlo así, trae mala suerte y quiero descubrir el verdadero sentido de tu presencia en mi destino. No siempre escribes un beso que recibes minutos después….