EL LARGO CAMINO.

Porque otro beso sin tus labios sería tan desastroso para la ecología del corazón que no deseo competir con el paso de los días…


El viejo camino, lento y gastado, como aquellos candelabros que pernoctan en la esquina mostrando su lástima, su desvencijado cuerpo lleno de esperma y óxido, nos conduce a la tormenta, según los carteles más cercanos llegaremos en dos horas. No es el destino, no es esa la voluntad expresa de nadie, es tu voz, es esa mágica mirada tras la cual voy en busca de tus labios, de ese sabor tan deseado que no he podido desprender de mi memoria, de esos pasos que siempre resuenan en mi memoria porque ahí estoy, caminando en busca de tu cuerpo, de aquellas palabras que guardo en mi conciencia, de ese abrazo del cual jamás he podido desprenderme y no sé por qué lo hago, por qué te busco si no ha pasado el tiempo, ya no está el campanario, o si, pero ya no repican las campanas en tu nombre, ya no claman por tu belleza.

Sigo por el viejo camino, tal vez deba doblar en sentido contrario y comenzar a escribir un poema para olvidarte, aunque yo se que el olvido es un niño travieso que siempre va con la verdad pero que puede equivocarse o traerte de regreso como travesura. No se que hacer, mejor me detengo, estoy a la mitad del camino, tengo varios abrazos esperando por una palabra. No sé, mejor regreso y dejo que mi voz se desahogue desde mi recuerdo, tal vez así salgas de mi alma navegando en el torrente de palabras, pero antes debo esconder en la chimenea todas tus fotografías, incluso aquella donde desde un beso dibujas un corazón con mis iniciales.

Ya estoy de regreso, no vale la pena descubrir el por qué de aquellas grietas, ni el color, ni ese último escalón que se rompió no por el peso sino por la fragilidad de una gota de llanto. Mejor escapar de tu recuerdo que vivir sin tus besos, no sé pero debo escribir una nueva historia, un nuevo poema, cantar aquellas canciones que permanecen llenas de telarañas en mi armario, romper la copa de vino para evitar el bautizo, sentir como se queman los restos de tus fotos, sentir que camino de regreso al mundo, que dejo de ser el naufrago consentido de aquella isla, la misma donde conjugabas mis besos en tiempo de amor, sin presente, sin pasado, con aquella adicción a tu alma que siempre provocará mi sonrisa, pero ya no estas en mi lista, has desaparecido, un nuevo poema crece palabra a palabra desde el amanecer.