POESIA

Una pequeña flor en medio de la nada,

la respiración, esa voz entre las persianas

que solo busca el espacio, la simple colocación

de dos cortinas para esconder la mirada

para sentarnos en la pausa de una melodia

para descubrir y volver a descubrir

aquellas palabras que fueron escritas

en la pared al lado de la ventana

y que fueron borradas por la mano del hombre

o por la mano piadosa del tiempo

a quién le preocupan esas maldiciones

porque seguro que fueron maldiciones

las que fueron escritas

no existia el teléfono

no habia números ni citas de trabajo,

no existian los recados urgentes

y el tiempo se diluia tan despacio

como esa pequeña y dulce pesadilla

de las madrugadas invernales

Nadie sabe para que buscar esas palabras

para que destruir la complicidad

entre el destino y el tiempo

para que retomar maldiciones

se pregunta la mariposa

la rubia y colorida mariposa

que fue diseñada por la adivinadora

esa lúgubre acumuladora de pecados

que toma tu mano y diseña las líneas

te despierta el deseo

provoca aquellas pasiones

que ya creias en el olvido

y es entonces que descubres

que puedes reir

es tan importante reir

y te recomiendan las viejas palabras

ya aparecio el por qué

pero dificilmente regresen las palabras

el tiempo es un celoso guardian

de sus instintos

y estas palabras son un instinto

una huella salvaje

escrita por la impaciencia

para cubrir esa hondonada de colores

que han cubierto, capa tras capa,

cada letra sin que alguien pueda descubrir

cuál es la mitad exacta de una manzana.

Una pequeña flor

sembrada en medio de los adoquines

una palabra que me llega desde la monotonía

un simple gesto pronunciado

por aquellos colaboradores del misterio

y las palabras regresan a la pared

regresan por su mitad

por su sangre

para impedir que los barrotes

cubran el panorama

para que la simple idea de una huida

pueda borrar la imagen de una flor

que nace en el centro de la calle

justo entre dos adoquines viejos