domingo, diciembre 27

EL VIEJO SENDERO.




El viejo sendero se descubre, se abre desde su aliento para darnos paso hasta el destino, el mismo destino de la voz, de la rosa, del manantial. El mismo destino que fue descrito en aquellas escrituras que nadie ha querido considerar como sagradas, no quieren el veredicto del juez o quieren evitar que germinar una flor sin el consentimiento de Dios sea tan solo el fruto prohibido de aquellas conversaciones donde tu nombre era el aire molesto que siempre quedó abandonado del otro lado de los cristales, que nadie pudo ver por aquellas cortinas sin flores ni cuadros, por aquellos vasos abandonados en la esquina del misterio.

El viejo sendero siempre conduce hasta donde soñamos pero no siempre el camino que nos muestra es la entrada al corazón o al deseo, hay que redimir esos pecados, hay que blanquear tantos misterios antes de comprender porque siempre que unimos una voz y un color se derriten los corceles que habitan en ese cuadro, han sido tantas veces que ya nadie recuerda el relincho original y mucho menos el color de los ojos del caballo de la derecha, también han desaparecido los tulipanes que adornaban la letra H del cartel que siempre nos ilumina desde la mediocridad, quizás el ultimo paso que resuena desde lo alto no ha podido describir esa mirada, o ese guiño, quién sabe por qué ese ladrillo esta perforado desde hace tantos años, convive en su muerte lenta y anunciada, tal vez el reloj ya no esté en la puntualidad o no quieren desde ese destino que retome la lectura de ese libro tan antiguo, ese libro que nadie quiere considerar sagrado.

Estoy sentado en la fogata, en el calor de esa lectura y descubro que Dios no solo nos regalo un hijo sino que después nos ha enviado más y muchas otras travesuras que rompen el origen de la costumbre. Ahora comprendo por qué nadie quiere aceptar lo sagrado de este libro, están muy cómodos en una costumbre de la que sobreviven con una sonrisa en cada mañana, nadie quiere sentarse a la diestra de un milagro y recibir aquellas manzanas desechadas. El cambio no, no pueden abandonar la hoguera y descubrir el silencio, tienen miedo, hay que romper el eco, beber el agua, ver las señales pero somos pocos, nos quedaremos acurrucados en esta parte del mundo, esperaremos esa misa donde el color y tu rostro acompañen la cruz o el reverso de la mirada.

2 comentarios:

GINITEANDO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
GINITEANDO dijo...

Al leer "El viejo sendero" lo hacemos con el placer de saber que estamos frente a un gran escritor, que no solo domina el verso también la prosa, desde luego que esta no escapa del embrujo de sus palabras; pero aquí nos encontramos con un lenguaje majestuoso, el autor nos hablara de un sendero diferente, éste conduce al destino de la voz, de la rosa, del manantial, pero también al de los sueños.
Nos revela la existencia de un libro sagrado que nadie quiere reconocer como tal y como Dios no mando solo a su hijo sino a otros más y ciertas travesuras que rompen con la costumbre es entonces se explica por qué no se reconoce como sagrado al libro del que nos habla...misterios de poetas, no sabemos de cual nos habla
El relato termina con una bella imagen, acurrucado en una parte del mundo, esperando el color de la misa y el rostro del amor acompañando la cruz o el reverso de la mirada .
Poesía y razon, mezcladas con profundidad y creation poetical...felicitates

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