SIEMPRE QUE CAMINO HASTA TU CUERPO

El largo camino entre el amor y tu cuerpo es la huella que dibuja mi sombra cada vez que te recorro, cada vez que beso una fracción de tu piel, cada vez que enciendes una vela para atraer mi abrazo. No hay destino mejor forjado en la tierra, no hay senderos alternos que descubran a la inocencia de un desconocido cantar que se disuelve en la lejanía.

Siempre que camino hasta tu cuerpo voy descubriendo todos los árboles que vas dejando con mi nombre, todas esas palabras que van construyendo el proximo poema, todos esos puentes que se balancean al compás de tu deseo.

Siempre que camino hasta tu cuerpo descubro esas pequeñas nubes que tienen tatuado en su piel esa mirada que tantas veces me acaricia, esa mirada que me recorre desde su pensamiento, esa mirada que conoce todos mis estremecimientos, esa mirada que alumbra el paso de las gaviotas por el otoño.

Siempre que camino hasta cuerpo descubro que estás en cada esquina, que estás protegiendome del viento malicioso, que estás murmurandome cada sílaba que compondrá el siguiente verso, ese verso salvaje y tierno que escribiré sobre tu cuerpo como tatuaje de deseo, como tatuaje de beso.

Siempre que camino hasta tu cuerpo apareces donde menos te espero, apareces desde un beso silencioso que me estremece, que me colma, dibujas la silueta de abrazo sobre mi espalda y entras a mi corazón para protegerte del frío aliento de la lejanía.

Siempre que camino hasta tu cuerpo descubro que mi corazón late con más fuerza, que crece hasta tu sonrisa porque abre sus puertas a tu cuerpo, porque ya comprendió que para caminar hasta el destino necesita de tu alma, que para llegar al final del camino necesita de tus manos para retornar, que para comenzar de nuevo a vivir necesita que tu alma siga escribiendo esos poemas en mi corazón.