VOCES DEL DESTINO

Estoy en medio de la ciudad, acostado sobre esa adoquinada calle donde me cae encima ese aguacero de soledad. No sé donde estás, no sé por cual de esas calles caminas sin mi rostro, no sé a donde escribir mis versos, no sé si te llegarán a tu rostro, no sé si te besarán al darte las buenas noches.

Estoy en medio de la nada, sentado sobre mi deseo de dibujar ese paisaje de otoño sobre tu cuerpo, deseoso de descubrir esos rincones ocultos de tu cuerpo y no estás, no sé por qué has escapado de tus huellas, de ese sendero donde siempre encuentras el aroma de nuestro encuentro.

Estoy en medio de un parque tratando de borrar esa absurda ley que quiere prohibir el deseo y no apareces, no vienes a protestar con tus caricias y regalarme una huelga de abstinencias repetidas.

Estoy en medio de un poema y no puedo recordar tu cuerpo de tanta tristeza, a lo lejos un beso me llega y no logra penetrar tu ausencia, no logra posar su imagen sobre mi alma y no hay palabras con que romper esa niebla que se posa sobre la tarde.

Estoy sentado sobre la noche y tus manos se apoderan de mis ojos para regalarme un beso, para escribir en mis labios el retorno de tu ausencia, para contarme esa historia increible de raíces quebradas, vidrios encantados, voces que endulzan la miel de los panales y no me importa, la sonrisa de verte es tan grande como esa catarata que se desprende desde la garganta del destino.

Amanece y estas abrazada a mi poema, mis palabras te recorren desde la tristeza pasada escribiendo tu nombre en cada letra nacida desde el destino y no sé por qué pero hoy amanece más temprano y no tienes que marcharte….