Yo quería caminar de espaldas a lo siniestro, no hacer caso a las voces que salen del dolor, a las heridas que supuran desprecio, que anidan desde lo alto del campanario para caer sobre nuestras cabezas en cada campanada donde Dios camina despacio en busca de nuestras filosofías, pero es tarde, muy tarde en esta encerrada isla donde la monotonía es la similitud entre dos almas que no se conocen y amanece o no, a quién le importa el color de una canción si no hay altavoces suficientes para sentir el desprecio, si las imágenes no quieren encerrar la voluntad y si el doble espacio entre el rostro y la manera de soñar.
martes, septiembre 22
ESTADO PROPIO (III)
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1 comentarios:
Pak Karamu visiting your blog
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