DESEOS ESCRITOS EN TU IMAGINACIÓN

Yo no quiero huir de tus deseos y sentarme sobre esa roca a meditar porque no es difícil no aceptar esos versos de amor que escribes con tus labios sobre mi alma y aunque estás lejos no necesitas más cercanía que mis palabras para describir cual el el aroma de esa rosa que nos murmura, que nos acaricia con sus pétalos y nos llama a encontrarnos sobre esa alcoba inexistente, sobre esas sábanas que desean ternura, sobre esa inenarrable sensación de deseo que nace desde nuestros interiores y se completa en un largo beso de reencuentro.

Yo no puedo hablar de tus fantasias sin recordar que estas desnuda en mi abrazo, que tu cuerpo me pide a gritos cada sílaba para crear un poema de amor, el mismo poema que nos permite penetrar desde los poros hasta el corazón y sentir como la teternidad de un segundo es más poderosa que aquellos deseos reprimidos y vueltos a soñar.

Yo no puedo dibujar tu rostro en un papel utilizando mis deseos, yo no quiero hacerlo porque necesito más de la palabra para crearte, para adorarte que un simple dibujo que quedará arrojado en el corazón y sin embargo prefiero crearte desde cada verso para que sudes esa ternura, para que tus deseos me abracen con esa pasión que tanto reclaman mis instintos, por eso prefiero esculpir cada uno de tus detalles en la arena y reconstruirte fragmento por fragmento, tatuándoles a cada uno un beso tierno de amor para que cuando termine de armarte entre mis sueños tomes mi cansancio como música de deseos y regreses a mi desde tu voz.

Yo quiero amanecer en tu abrazo, desde ese deseo provocador que me llama, desde esa pasión que me invita a besar todos esos rincones prohibidos que habitan en tu cuerpo y quedarme así, junto a ti, en ese poema a esperar tomados desde un beso la eternidad.